Friday, December 28, 2012

supertormentas ark

SACRAMENTO.- California no sólo enfrenta el riesgo de devastadores terremotos, sino también de una tormenta catastrófica que podría arrasar las costas, inundar el Valle Central y causar pérdidas económicas entre cuatro y cinco veces más grandes que las de un fuerte terremoto, según advirtieron científicos y expertos en planes de contingencia.

El potencial destructivo de esas tormentas fue detallado el viernes pasado en una conferencia de funcionarios federales y estatales. Combinando un mapa de inundaciones y proyecciones atmosféricas con datos geológicos históricos de las inundaciones en California, más de 100 científicos calcularon las consecuencias que tendría la llegada de una "supertormenta" de humedad tropical del Pacífico Sur, en la que podrían caer unos tres metros de agua en todo el estado.


"En California, las inundaciones forman parte de nuestras vidas tanto como los terremotos", dijo Lucy Jones, jefa científica de la iniciativa de riesgos múltiples del Servicio Geológico de Estados Unidos, y agregó: "Es probable que no tengamos la capacidad de hacer frente a las inundaciones más grandes".

El Servicio Geológico estima que una tormenta de esas características podría causar pérdidas materiales por hasta 300.000 millones de dólares. Los modelos de proyección de los científicos estiman que casi una cuarta parte de las viviendas de California podrían sufrir daños.

La conferencia fue convocada por el Servicio Geológico, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y la Agencia de Manejo de Emergencias de California para ayudar a los planificadores de respuestas ante catástrofes a delinear nuevas estrategias para acotar el impacto de la tormenta. Desde hace años, los climatólogos han notado que el calentamiento de la atmósfera aumenta la cantidad de energía que acumula, lo que eleva las posibilidades de que se produzcan fenómenos meteorológicos violentos y extremos.

Los californianos han aprendido a estar preparados para los terremotos como los habitantes de Florida esperan los huracanes (hace una semana, un terremoto de baja intensidad, de una magnitud preliminar de 4,1, hizo temblar las ventanas de la zona sur de la bahía de San Francisco).

 

Los sistemas de ingeniería existentes para desagotar el agua de las inundaciones son tan eficientes que los efectos de las tormentas moderadas pasan mayormente inadvertidos, dijo la doctora Jones. Así que mientras muchos californianos saben si viven o trabajan cerca de una falla tectónica y lo que deben hacer en caso de un terremoto serio, pocos son conscientes de que el estado puede recibir el embate de una tormenta que en el peor de los casos podría competir con los devastadores huracanes de las costas del Golfo y del Este.

 

Mar interior

Sin embargo, hay registros de vastas inundaciones en California, tanto en la evidencia de los anillos del tronco de los árboles como en documentos históricos más modernos. Marcia K. McNutt, directora del Servicio Geológico, dijo que hace 150 años, durante algunas semanas del invierno de 1861-1862, cayó suficiente lluvia para inundar uno de los estrechos del Valle Central, de casi 500 kilómetros de largo por más de 30 de ancho, desde el norte de Sacramento hasta el Sur, en Bakersfield.

Las tormentas se extendieron durante 45 días, crearon lagos en ciertos sectores del desierto de Mojave y, de acuerdo con un registro del Servicio, "convirtieron al valle de Sacramento en un mar interior, lo que obligó a mudar durante un tiempo la capital del estado de Sacramento a San Francisco e hizo que el gobernador Leland Standford fuera a tomar posesión de su cargo en bote".

 

Como sucede con los terremotos de gran magnitud, una supertormenta significaría un severo golpe para la agricultura de California y para la red de suministro de agua, que actualmente desvía agua del norte al sur del estado.

Jones dijo que las modernas imágenes satelitales disponibles desde hace algunos años permiten a los científicos identificar lo que llaman "ríos atmosféricos" -corrientes de aire cargadas de humedad de hasta 400 kilómetros de ancho y 4000 kilómetros de largo-, que fluyen desde las regiones tropicales del Pacífico en dirección a la Costa Oeste.

El fenómeno meteorológico invernal de la Costa Oeste, popularmente conocido como Pineapple Express -corrientes de aire cargadas de humedad provenientes del archipiélago de Hawai-, es apenas un afluente de estos ríos atmosféricos, afirmó Jones. La abreviatura de río atmosférico AR (en inglés) proporcionó al Servicio Geológico la base para dar nombre a estas supertormentas, a las que llaman "tormentas ARk".

Fuente: The New York TimesAny source

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