Para ver cada foto en grande basta con clickar sobre la foto.
PEÑA EZKAURRE CON ESQUÍS (2.045m)
Sábado 14 de febrero de 2009
Sábado 14 de febrero de 2009
Desde el Valle de Belabarze (Isaba, Navarra). Desnivel 1.000m.
Cuando hace unos días compré el mapa de Alpina de la zona Ronca l- Belagua nunca pensé que lo utilizaría para actividades de esquí de montaña… Pero ya sabemos que uno no puede dar nada por sentado. Anything is posible…
Y una tarde, mirando el mapa (con lo que me gusta a mí mirar y mirar mapas y descubrir recorridos nuevos), pude remarcar un suave vallecito que subía a Peña Ezkaurre con excelente orientación N y NW y que partía del Valle de Belabarze (Navarra) desde tan sólo 1.000m de altura. Así que, con toda la nieve que había caído estos días pensé, ésta es la nuestra chicos!!
Pero claro, los mapas no indican cómo de frondosos son los bosques en los metros iniciales. Bah, no será muy difícil, pensé. Y si lo es, son sólo los primeros 250 m de desnivel.
Pues bien, menuda embarcada de bosque señores. Impenetrable…
Cuando hace unos días compré el mapa de Alpina de la zona Ronca l- Belagua nunca pensé que lo utilizaría para actividades de esquí de montaña… Pero ya sabemos que uno no puede dar nada por sentado. Anything is posible…
Y una tarde, mirando el mapa (con lo que me gusta a mí mirar y mirar mapas y descubrir recorridos nuevos), pude remarcar un suave vallecito que subía a Peña Ezkaurre con excelente orientación N y NW y que partía del Valle de Belabarze (Navarra) desde tan sólo 1.000m de altura. Así que, con toda la nieve que había caído estos días pensé, ésta es la nuestra chicos!!
Pero claro, los mapas no indican cómo de frondosos son los bosques en los metros iniciales. Bah, no será muy difícil, pensé. Y si lo es, son sólo los primeros 250 m de desnivel.
Pues bien, menuda embarcada de bosque señores. Impenetrable…
Pero oye, que los maños somos muy tercos y, al final, lo penetramos. Unos con esquís, otos a pie hundiéndose hasta la rodilla. Dándonos con las ramas en la cara, cruzando esquís, caídas, suspiros mirando cómo entraba sol más arriba y deseando salir por fin del dichoso bosquecito… Cuándo llegará el final? Eeeyyy, Aaaaleeexx!! Se abre por ahí arribaaaa??
Y oye, que no se quejó nadie (y sólo yo era el responsable de meterles en esa encerrona). Bueno, Daniel, que siempre es igual de expresivo y sincero, no se cortaba: “Jorge, me has vuelto a engañaaar y he picadooo! Siempre consigues engañarme!”.
Tras 1 hora y 40 minutos para salvar sólo 250 m… por fin salíamos al sol y a un precioso paisaje blanco. Uff… qué belleza.
A partir de allí, todo fue placer continuo. Suave foqueo y vistas infinitas. Lo más sorprendente, las formaciones de nieve gigantescas que el viento había esculpido. Algunas a golpe de escoplo y cincel. Increíbles…
Y en eso escuchamos encima a las grullas, que cantaban mientras migraban planeando en ordenada fila sobre nosotros. Creo que nos gritaban que era el 14 de febrero y que no olvidáramos el amor, que era lo que les mantenía a ellas unidas en su viaje. Y no lo hicimos. En la cima Alex y Elena se tumbaron para la foto sobre nuestro corazón, grabado en una de esas acumulaciones del viento.
Desde la cima, mirando al Este, volvimos a ver los Salones Reales de nuestro querido Castillo de Acher… y todo nuestro Pirineo aragonés, vestido de blanco.
El descenso fue una fiesta. Xaxo bajaba en telemark mejor que ninguno de nosotros (qué arte…). Y Elena, la heroína del día, gritaba de gozo en cada giro (para ella es la foto de portada de hoy). Excelente médico, madre de tres hijos y una bellísima persona.
El bosque lo bajamos como pudimos, algunos incluso sin quitarnos los esquís, algo mejor de lo esperado.
Larga jornada (y lejana desde Zaragoza, hasta Isaba) para una montaña no tan alta. Pero los metros no son lo importante. Nos gustó tanto como el mejor tresmil.
Gracias a todos por creer en mí y atravesar lo impenetrable. Mereció la pena. Hasta la próxima.
Jorge
Y oye, que no se quejó nadie (y sólo yo era el responsable de meterles en esa encerrona). Bueno, Daniel, que siempre es igual de expresivo y sincero, no se cortaba: “Jorge, me has vuelto a engañaaar y he picadooo! Siempre consigues engañarme!”.
Tras 1 hora y 40 minutos para salvar sólo 250 m… por fin salíamos al sol y a un precioso paisaje blanco. Uff… qué belleza.
A partir de allí, todo fue placer continuo. Suave foqueo y vistas infinitas. Lo más sorprendente, las formaciones de nieve gigantescas que el viento había esculpido. Algunas a golpe de escoplo y cincel. Increíbles…
Y en eso escuchamos encima a las grullas, que cantaban mientras migraban planeando en ordenada fila sobre nosotros. Creo que nos gritaban que era el 14 de febrero y que no olvidáramos el amor, que era lo que les mantenía a ellas unidas en su viaje. Y no lo hicimos. En la cima Alex y Elena se tumbaron para la foto sobre nuestro corazón, grabado en una de esas acumulaciones del viento.
Desde la cima, mirando al Este, volvimos a ver los Salones Reales de nuestro querido Castillo de Acher… y todo nuestro Pirineo aragonés, vestido de blanco.
El descenso fue una fiesta. Xaxo bajaba en telemark mejor que ninguno de nosotros (qué arte…). Y Elena, la heroína del día, gritaba de gozo en cada giro (para ella es la foto de portada de hoy). Excelente médico, madre de tres hijos y una bellísima persona.
El bosque lo bajamos como pudimos, algunos incluso sin quitarnos los esquís, algo mejor de lo esperado.
Larga jornada (y lejana desde Zaragoza, hasta Isaba) para una montaña no tan alta. Pero los metros no son lo importante. Nos gustó tanto como el mejor tresmil.
Gracias a todos por creer en mí y atravesar lo impenetrable. Mereció la pena. Hasta la próxima.
Jorge
Any source
No comments:
Post a Comment